Los científicos de hoy entienden los terremotos mucho mejor de lo que lo hicimos incluso hace 50 años, pero todavía no pueden igualar la destreza de predicción sísmica del sapo común (Bufo bufo), que puede detectar la actividad sísmica días antes de un terremoto. Un estudio de 2010 publicado en Journal of Zoology encontró que el 96 por ciento de los sapos machos en una población abandonaron su sitio de reproducción cinco días antes del terremoto que azotó L’Aquila, Italia, en 2009, a unas 46 millas (74 kilómetros) de distancia., Los investigadores no están muy seguros de cómo los sapos hacen esto, pero se cree que pueden detectar signos sutiles, como la liberación de gases y partículas cargadas, que pueden ocurrir antes de un terremoto .

Los científicos pueden predecir dónde es probable que ocurran grandes terremotos, sin embargo, basado en el movimiento de las placas en la Tierra y la ubicación de las zonas de falla. También pueden hacer conjeturas generales acerca de cuándo podrían ocurrir terremotos en un área determinada, al observar la historia de los terremotos en la región y detectar dónde se está acumulando presión a lo largo de las líneas de falla., Por ejemplo, si una región ha experimentado cuatro terremotos de magnitud 7 o más durante los últimos 200 años, los científicos calcularían la probabilidad de que ocurra otro terremoto de magnitud 7 en los próximos 50 años en un 50 por ciento. Pero estas predicciones pueden no resultar confiables porque, cuando la tensión se libera a lo largo de una parte de un sistema de falla, en realidad puede aumentar la tensión en otra parte .,

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As a result, most earthquake predictions are vague at best. Scientists have had more success predicting aftershocks, additional quakes following an initial earthquake. These predictions are based on extensive research of aftershock patterns., Los sismólogos pueden hacer una buena suposición de cómo un terremoto que se origina a lo largo de una falla causará terremotos adicionales en fallas conectadas.

otra área de estudio es la relación entre las cargas magnéticas y eléctricas en el material rocoso y los terremotos. Algunos científicos han hipotetizado que estos campos electromagnéticos cambian de cierta manera justo antes de un terremoto. Los sismólogos también están estudiando la filtración de gas y la inclinación del suelo como señales de advertencia de terremotos., En 2009, por ejemplo, un técnico del Instituto Nacional de Física Nuclear de Italia afirmó que fue capaz de predecir el terremoto de L’Aquila midiendo el gas radón que se filtraba de la corteza terrestre. Sus hallazgos siguen siendo controvertidos .

entonces, si no podemos predecir terremotos, ¿qué podemos hacer para prepararnos para ellos?

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