antecedentes y objetivo: la embolia pulmonar (EP), con una incidencia de 23 por 100.000 pacientes al año, es un problema clínico frecuente, responsable de 200.000 muertes cada año en los Estados Unidos. La angiografía pulmonar, el estándar de oro para el diagnóstico de la EP, es invasiva, costosa y no está disponible universalmente. Además, la TEP se confirma solo en aproximadamente el 30% de los pacientes en los que se sospecha, por lo que es necesario realizar pruebas de cribado no invasivas., Recientemente se han propuesto varias estrategias para reducir la necesidad de angiografía pulmonar en el diagnóstico de embolia pulmonar. El objetivo de este artículo es analizar el desempeño individual de los nuevos instrumentos diagnósticos y su combinación en estrategias diagnósticas racionales.
Métodos: el autor ha estado trabajando en este campo y ha aportado artículos originales sobre diagnóstico de embolia pulmonar y costo-efectividad de las pruebas diagnósticas no invasivas., Además, el material examinado en este artículo incluye artículos publicados en las revistas cubiertas por el Science Citation Index y Medline.
resultados: recientemente se han propuesto varias estrategias para reducir la necesidad de angiografía pulmonar en el diagnóstico de embolia pulmonar. El estudio PIOPED ha establecido el valor de la gammagrafía pulmonar de ventilación-perfusión, una gammagrafía pulmonar de perfusión normal que prácticamente descarta la TEP, mientras que una gammagrafía pulmonar de alta probabilidad se considera diagnóstica ante una sospecha clínica razonable. Todos los demás resultados de la exploración pulmonar no son diagnósticos., Sin embargo, la evaluación clínica, aunque no es lo suficientemente precisa para producir un diagnóstico definitivo, es probablemente lo suficientemente confiable como para ser utilizada para estimar la probabilidad de Tep antes de la prueba. La combinación de una baja probabilidad clínica de TEP y una llamada gammagrafía pulmonar de baja probabilidad produce una probabilidad post-prueba muy baja de Tep, prescindiendo así de la necesidad de angiografía pulmonar. Otro instrumento útil en pacientes con exploraciones no diagnósticas es la medición del dímero D (DD) plasmático (ensayo ELISA), que cuando está bajo un valor de corte de 500 microgramos/L excluye potencialmente el DP, debido a su alta sensibilidad (97%)., Por el contrario, la ecografía de compresión venosa de los miembros inferiores (US) es altamente específica (98%) para la trombosis venosa profunda (TVP), y revelar una TVP justifica un tratamiento anticoagulante sin recurrir a la angiografía. También se discute el papel potencial de la ecocardiografía. Actualmente se está discutiendo la secuencia racional de las pruebas no invasivas. Realizar dímero D y US antes de la exploración pulmonar puede ser la estrategia más rentable, ya que la angiografía pulmonar se realiza solo en caso de un estudio no invasivo no concluyente.,
interpretación y conclusiones: aunque la EP sigue siendo un reto diagnóstico difícil, la disponibilidad de nuevas pruebas no invasivas (dímero D plasmático y ecografía de miembros inferiores) y la rehabilitación de la evaluación clínica permiten una prescripción más racional y escasa de la angiografía pulmonar. Se necesita más trabajo para evaluar el desempeño de las pruebas y refinar las estrategias diagnósticas en subgrupos de pacientes distintos, particularmente aquellos hospitalizados., El cribado de los pacientes con dímero D plasmático y ecografía de las extremidades inferiores puede ser la estrategia más rentable, al menos en pacientes ambulatorios.