Las diarreas constituyen un problema bastante frecuente durante el periodo estival, lo que implica una pérdida importante y continuada de agua y de electrolitos, que son los minerales que hacen que el organismo retenga el agua. Por tanto, el riesgo de deshidratación es importante, lo que implica la necesidad de reponer tanto el agua como los electrolitos. Sin embargo, no vale con cualquier líquido, ni tampoco alimentarse con cualquier comida., Deben seguirse las siguientes recomendaciones:
Líquidos
El riesgo de deshidratación que implica la diarrea obliga a beber mucho líquidos, pero debe hacerse según las siguientes pautas:
- Limonada alcalina: se prepara con agua, zumo natural de limón y bicarbonato.
- Soluciones de rehidratación oral: se venden en farmacias, generalmente en forma de sobres que se diluyen en agua. Hay que leer atentamente las instrucciones antes de tomarla.
- No se deben ingerir bebidas azucaradas: el azúcar que contienen puede empeorar el cuadro diarreico., Las bebidas isotónicas suelen contener grandes cantidades de glucosa, por lo que tampoco son recomendables.
- No ingerir bebidas con cafeína: pueden causar el aumento del número de deposiciones.
Alimentos sólidos
En primer lugar, hay que acabar con el mito de las llamadas dietas astringentes, tradicionalmente consistentes en arroz blanco, pescado cocido, jamón de york y alimentos similares. Los expertos ya avisan de que no hay alimentos astringentes. Una persona con diarrea puede y debe comer en función del hambre que tenga.,
La única recomendación importante es evitar los alimentos ricos en grasas y en fibra (Verduras, cereales, etc.).
Hay que tener en cuenta que los alimentos con grasa pueden serlo porque ya la contienen (carnes, embutidos, mariscos, caldos elaborados con ellos, etc.) o por la manera en que han sido elaborados (fritos, con excesivo aceite en la cocción, etc.). Si se toman lácteos durante un proceso de diarrea, deben ser desnatados.